Sensaciones Cítricas llega a Aída
Manifiesto de estilo, vanguardia y exquisitos sabores.
El restaurante Aída, del Hippodrome Hotel México, fue sede el pasado 22 de junio de una original experiencia gastronómica, dentro del marco de programa Sensaciones Cítricas, del Tequila Tres Generaciones, de Sauza.
«El menú de Aida tiene el espíritu de la nueva comida mexicana, ya que incorpora recetas tradicionales con nuevas técnicas e ingredientes frescos con una filosofía ‘de la granja a la mesa’, para vivir una experiencia completamente mexicana sin falsas pretensiones. Espacios íntimos y espectaculares para deleitar a 80 comensales, con una gran terraza, tres bares –uno de ellos, enfocado exclusivamente a los huéspedes del hotel e invitados VIP- y una cava privada, hacen de Aida, uno de los nuevos secretos gastronómicos de La Condesa», advierte el chef Jesús Turón, protagonista de este encuentro de armonizaciones con Tres Generaciones Plata, Reposado y Añejo.
La grata experiencia gastronómica inició con una Ensalada de lechugas y coles, acompañada con una emulsión de jitomate, albahaca y queso Cotija, que tuvo un agradable encuentro con las notas de Tres Generaciones Plata.
Posteriormente se sirvió un Atún curado con sandía impregrada con aguachile negro y cilantro que tuvo su armonización con la fina expresión del tequila Tres Generaciones Reposado. Posteriormente el chef Turón sirvió un Raviol de lengua con queso Ocosingo y hierbabuena que encontró una brillante empatía de sabores con Tres Generaciones Añejo. El cuarto platillo, la Chuleta Nagano, servida con puré de camote Buerre Nossette, espinacas, jugo de cerdo y cedrón salsfí tuvo como elemento de armonización el Tequila Sauza XA Extra Añejo de Edición Limitada, 100% de Agave: una mezcla perfecta de orgullo, historia y trabajo artesanal.
El cierre de esta brillante experiencia fue el Raspado de Manzana y apio, servido con gomitas de ginebra, perifollo y lavanda; además del Buñuelo acompañado de cremoso de higo tatemado. Didier Cruz, embajador de Tres Generaciones, de Sauza, advierte que a diferencia de otros tequilas, en su elaboración no se utilizan las piñas cocidas, sino que se trabaja con el mosto crudo.
«El jugo verde guarda las características frutales de la planta, conservando a lo largo del proceso la nota de frescura y la esencia del agave fresco, frente a las tradicionales notas ahumadas que suelen brindar otros tequilas. Se conserva de esta manera el carácter del terroir. La fruta es la esencia y es algo que se mantiene como signo de identidad».